Esta es la esfera más grande de todas las documentadas en el Sur de Costa Rica. Sus 250 centímetros de diámetro y sus aproximadamente 15 toneladas la convierten en el ejemplo de monumentalidad que alcanzaron algunas de las esculturas esféricas de esta parte del mundo. Desgraciadamente, la exposición al ambiente y los cambios bruscos de temperatura han provocado múltiples exfoliaciones o perdidas de fragmentos superficiales que están provocando su deformación. Al ritmo que avanzan estas perdidas, la que ha sido la mayor escultura precolombina del país, se convertirá en una piedra deformada.
Actualmente no se ha llevado a cabo ninguna acción para detener el deterioro; al contrario cada día está más expuesta y menos protegida. Por su importancia, esta esfera debería ser declarada «emergencia nacional» y se debería de convocar a expertos internacionales para que hagan un diagnóstico profesional que permita detener el deterioro y garantice su conservación a largo plazo. Nuestro país no ha demostrado capacidad de gestión ni de toma de decisiones con este tesoro patrimonial. Si no hay capacidad ni recursos se debería compartir la responsabilidad con otras instancias locales, nacionales e internacionales. ¡Las actuaciones que requiere esta esfera no pueden esperar!
Esferas de piedra y arqueología de Costa Rica 
12 respuestas a “El drama mas dramático de las esferas”
Muy buen artículo Ifi, aclara muchas dudas y mitos de las famosas esferas del Sur. Todo los ticos deberiamos leer e informarnos al respecto. Esperamos nos sigas capacitando con tus artículos….Dama de las esferas.
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Gracias, Rolando. Ahí seguiré pero necesitaré el apoyo, la confianza y el afecto de los amigos y de toda la gente con sensibilidad hacia el patrimonio. Un abrazo.
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Las actuaciones que requiere el patrimonio arqueológico en Costa Rica se han emprendido en el pasado a veces de parte de iniciativas privadas, pero hasta donde he tenido noticia, siempre chocan con la falta de un marco legal que respalde, facilite y asegure su gestión a favor de las comunidades. Necesitamos poder actuar y asegurar la efectiva conservación y protección de sitios y materiales arqueológicos.
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Anayensy: Creo que es innegable que sin un cambio en el marco legal y una reorganización institucional no se podrá avanzar en una efectiva y real gestión del patrimonio arqueológico, sean esferas, sitios con esferas o cualquier otro elemento precolombino. Si no se da el salto de los objetos guardados en museos, del coleccionista estatal, de la visión centralizadora y sin participación de las comunidades no podremos ser más que simples espectadores que acatan decisiones burocráticas. Es fundamental que en la gestión de patrimonio participen las comunidades así como otros actores importantes, pero esto definitivamente requiere un cambio de modelo. Este cambio tiene que surgir colectivamente, con visión y ambición.
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Gracias Ifigenia por compartir tu visión y conocimientos. El pasado 14 de abril 2012, visité el sitio arqueológico El Silencio y lamento decir que la esfera de piedra mas grande del mundo, consebida por aborígenes del pasado, es ya un peñazco amorfo. Su protección y recuperación es más que urgente, su deterioro avanza inexorable cada año.
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Gracias, Alberto. Es que lo que está pasando con la esfera y el sitio El Silencio es triste y una vergüenza para el país.Lo peor es que los problemas de perdida de fragmentos de la esfera es irrecuperable. Lo que queda por hacer, mínimamente, es detener el proceso incipiente de exfoliación en lo que queda de superficie trabajada por los escultores precolombinos. Le sugerí a uno de los funcionarios involucrados en el proceso de declaratoria de los sitios con esferas como patrimonio mundial que buscaran ayuda internacional para hacer un diagnóstico de urgencia y definir un tratamiento para protegerla. Por supuesto que estas palabras se las llevó el viento. Todavía es posible hacer algo, pero no se le puede esperar más.
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En 2003 luego de que el Museo Nacional rechazara la oferta de expertos mejicanos para reconstruirla, escuché la propuesta de enterrarla, en ese tiempo me pareció absurda la idea. Sin embargo he visto decenas de turistas escalarla si respeto y hasta llevarse fragmentos de “souvenirs”… Al no ver ningún plan para su protección, hoy no me parece tan descabellada la idea. Quizá la Tierra, sepa protegerla mejor que nosotros.
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Hasta ahora la estrategia es dejar todo enterrado o enterrar lo que no estaba cubierto. Esa es la estrategia de la avestruz que esconde su cabeza en la tierra. Por eso no se ha podido avanzar en la conservación ni en la puesta en valor. En muchos lugares del mundo se conservan monumentos de piedra y hay muchos especialistas en distintas instituciones europeas y de USA o en México que han desarrollado metodologías y técnicas con resultados exitosos. Lo importante es que se tomen las medidas AHORA, que se haga algo mínimamente. Por lo menos un techo, no?
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Realmente, Ifigenia, no entiendo cual es el verdadero problema en brindarle a la gran esfera de El Silencio, la protección que necesita y merece.
En el poblado de Bolas en Buenos Aires de Puntarenas, la comunidad, liderada por doña Claudia Vidal, dan una eficiente y por demás estética protección a sus Esferas Prehispánicas, lo mismo veo en Hacienda Victoria y otros lugares.
El vandalismo que sufría la llamada “Piedra del Indio” camino a San Gerardo de Rivas, Fue resuelto con eficiencia por la municipalidad de la zona, cuando la rodearon de una malla protectora.
Estas soluciones no requirieron de grandes presupuestos ni de mucho trámite burocrático.
Pero tenemos ya ocho años de estar denunciando el caso de El Silencio y no hay municipalidad, asociación, o empresa privada que nos escuche.
Tendremos que dejar de nombrarla como: La Esfera de El Silencio y llamarla: La Esfera del Escándalo, a ver si nos escuchan.
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Alberto, el problema principal de la esfera de El Silencio es que está en una propiedad privada que ha tenido varios propietarios. Debido a esto, el Estado, es decir el Museo Nacional de Costa Rica no interviene. El gran problema de fondo es no haber decidido comprar la propiedad, o bien llegar a acuerdos con los propietarios, o, en última instancia, expropiar lo que se considere pertinente para proteger la esfera y el sitio arqueológico en su conjunto.
Lo que es importante en realidad es que haya una estrategia nacional, con políticas claras, con procedimientos modernos, financiamiento adecuado y toda una serie de alianzas para gestionar no una ni dos esferas si no las más 300 que hay en el país y que están en condiciones muy diversas. En algunos casos se hace -convenio Museo Nacional/Municipalidad de Osa que abarca el cuido de 19 esferas- pero eso sólo es una parte.
Algo importante: la malla que se puso en la Piedra de Indio no ha impedido el vandalismo, pero si demuestra la intención y la decisión de protegerla.
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¡Ay Ifigenia! si todo esto depende del gobierno y sus instituciones, me dejas con un terrible sabor a ajenjo en el paladar.
Tú eres la persona que conoce y comprende más que nadie, este drama de las esferas.
Y si me dices que no estas dentro de alguna institución gubernamental para atacar el problema desde adentro… tendré que gritar con sincero pánico: ¡Oh, y ahora quien podrá defenderlas!
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Definitivamente: es responsabilidad del Museo Nacional de Costa Rica la conservación, la restauración y cualquier decisión que tenga que ver con este patrimonio arqueológico. El Museo tiene potestades de imperio sobre el patrimonio. Aunque hay mucha gente con ganas de colaborar, empresarios de la región que han ofrecido financiar el techo, especialistas de otros países dispuestos a participar en un proyecto para protegerlas, etc, etc, no es posible hacer nada si el paso no lo da la gente que tiene a su cargo atender el patrimonio cultural en el MNCR. Desgraciadamente, bajo el argumento de que la esfera es propiedad privada no se da ningún paso para conservarla. Sin embargo si pudieron hacer excavaciones recientemente alrededor de la esfera, dejandola más expuesta que nunca. Esto traerá graves consecuencias, ya que no es correcto ni una buena práctica excavar un bien como este sin el acompañamiento de un plan de conservación y restauración.
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